Juguetes sin pantallas: por qué cada vez más familias los eligen

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Jugando con el Set Mega Mis Calles

En los últimos años, muchas familias comenzaron a preguntarse si tanto estímulo digital es realmente necesario. O mejor dicho, si es saludable. Y la respuesta, para muchas de ellas, fue un cambio de rumbo: menos pantallas, más juego libre, más contacto con lo real. No se trata de miedo a la tecnología, sino de una elección consciente.

Te contamos algunas de las razones por las que los juguetes sin pantallas volvieron al centro de la escena.

1. Porque invitan a crear, no a repetir

Los juegos con pantalla muchas veces ofrecen estímulos ya predefinidos. Hay colores, sonidos, personajes que hablan y caminos que seguir. En cambio, un juguete analógico —sobre todo si es abierto— invita a imaginar desde cero. Una pieza de madera puede ser un auto, una casa, una nave espacial o todo eso a la vez. Y eso no es menor: la creatividad también se entrena.

2. Porque ayudan a desarrollar la atención plena

Cuando las niñas y los niños juegan sin interrupciones, su atención se concentra en el aquí y ahora. Eso no solo favorece el juego más profundo, sino que también impacta en su capacidad de concentración en otras actividades, como leer o resolver problemas. Sin luces que parpadean ni voces que gritan, hay más espacio para conectar con el juego y con quienes los rodean.

3. Porque fomentan la interacción con otras personas

Una tablet puede entretener durante horas. Pero el juego compartido tiene otro valor. Cuando una madre, un padre, una tía o un docente se sienta a jugar, se activa algo más que el entretenimiento: hay vínculo, mirada, palabras. Incluso el juego solitario con juguetes analógicos fomenta la expresión, porque muchas veces después aparece el relato: “hoy vino un camión a mi ciudad y se cayó un puente…”.

4. Porque son más versátiles y duraderos

Un juguete que funciona sin batería suele durar más. No solo por su vida útil, sino porque no depende de que esté “cargado” o actualizado. Además, muchos juegos sin tecnología se adaptan a distintas edades, etapas e intereses. Lo que hoy es un tren para jugar en el suelo, mañana puede ser parte de una ciudad inventada, una torre o una pista para animales.

5. Porque promueven el juego libre (y eso vale mucho)

Jugar sin reglas fijas no significa desorden: significa libertad. Las propuestas sin pantallas suelen ser más abiertas, menos estructuradas, y eso ayuda a que cada niña y cada niño explore a su ritmo. El juego libre no tiene un objetivo a cumplir ni un nivel que superar. Es pura exploración. Y eso, para un cerebro en desarrollo, es oro.

¿Qué juegos sin pantalla podés encontrar en Mis Calles?

Nosotros creemos en el poder de lo simple. Por eso diseñamos juegos que se arman y transforman con la imaginación. Piezas de madera que pueden ser calles, puentes, estaciones de servicio o lo que cada niño o niña imagine.
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